Consecuencias positivas y negativas para los niños

Los especialistas aconsejan que los padres hagan seguimiento

 

Una lluvia de disparos sobresalta a Benjamín. En lugar de echarse a tierra, el niño de cinco años corre hacia la sala donde suena la ametralladora. El sonido del home theatre inunda la planta baja de la casa del barrio de Palermo. El niño toma el joystick y se apresura a derribar al agresor. Los salpicones de sangre cubren la pantalla. Benjamín festeja.

Que la tecnología revoluciona todo a su paso no es una novedad. Lo que sí lo es, es el fenómeno que causa en las nuevas generaciones. ¿Es positivo? ¿Es perjudicial? Ni lo uno ni lo otro, coinciden los especialistas: todo depende de en qué medida.

Que los chicos tengan acceso a juegos violentos no significa que en un futuro lo sean, y que accedan a una gran cantidad de información por medio de Internet no garantiza la calidad ni el buen uso, advierten. El fenómeno es materia de un análisis que cambia con la irrupción de productos en el mercado y los cambios de hábito que producen.

"No hay que pensarlo en términos de blancos y negros. Tiene consecuencias positivas, negativas y otras de las cuales aún desconocemos su significado, porque esto es actual", opina el médico José Sahovaler, especialista en niños y en tecnología.

Los especialistas consultados por LA NACION enfatizan en la importancia de la mirada de los adultos: "El uso de las tecnologías debe estar bajo el control de los padres. De lo contrario, se corre el riesgo de que los chicos entren en contacto con material nocivo y pierdan las líneas sociales de conducta y respeto", afirma Marta Tesari, presidenta de la Federación Argentina de Psicopedagogía. Tessari, además, sostiene que, en la actualidad, la tecnología ha sobrepasado a la escuela y eso causa "falta de motivación".

Evitar trastornos

"No es que no haya que usarlas, sino que hay que evitar trastornos conductuales con tiempos excesivos de exposición. No es malo si se utilizan las tecnologías como herramientas complementarias", opina el psiquiatra Claudio Waisburg, jefe del departamento de neurología y psiquiatría infantil del Instituto de Neurología Cognitiva de Buenos Aires (Ineco).

Según la licenciada Marta Lewin, secretaria docente de la especialización en psicoanálisis de niños y adolescentes del Instituto Universitario de Salud Mental (Iusam), "las problemáticas familiares derivan en consultas. No es el celular ni las tecnologías lo que enferman, sino el entorno y el marco de referencia de los chicos".

Las particularidades del hogar también influyen en que el uso se transforme en abuso y que del exceso surjan los problemas. Incluso hasta convertirse en adicción, como ya sucede con Internet. "En el manual de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales [DSM, por sus siglas en inglés], se incluirá una nueva entidad psiquiátrica, lo que, en términos coloquiales, sería una adicción a Internet", dice Waisburg.

"Se trata de una nueva patología que afecta, en la actualidad, a la mayoría de los jóvenes de países asiáticos, donde los chicos llegan a pasar el 80% del tiempo en que están despiertos frente a la PC", explica.

Sahovaler también ha atendido casos de consumo exagerado: "Eran adicciones al juego, por ejemplo, al Counter Strike [un videojuego bélico]. Los chicos se pasaban 36 horas jugando; perdían el interés por la escuela, el deporte y los amigos".